Ambientalización del currículo en Educación Superior y consumo de agua en los hogares de estudiantes universitarios

Environmentalization of the Curriculum in Higher Education and Water Consumption in Student Households

El presente estudio tuvo como objetivo comparar los efectos de dos programas profesionales de una institución de educación superior en Colombia, a partir de la estructura de los microcurrículos de formación, sobre el consumo de agua y evaluar los efectos multiplicadores de los estudiantes en sus hogares. El método incluye en su primera dimensión de análisis, a un estudio del currículo formal y en su dimensión de análisis de individuos, a un estudio descriptivo ex post facto con diseño de solo post test. La ambientalización curricular en los programas evaluados es baja. En cuanto al consumo del servicio público de agua no se evidencian diferencias significativas entre los estudiantes encuestados. Futuras investigaciones deben profundizar en elementos particulares del currículo sobre la conservación del agua, así como contar con registros más amplios de consumo energía, reciclaje y otras prácticas de consumo.

Introducción

En las últimas tres décadas aumentó la preocupación de la sociedad por el estado del medio ambiente, como resultado de las acciones de difusión del cambio climático en medios de comunicación, los accidentes industriales, la afectación de la salud producto de la contaminación y el impacto negativo de la actividad humana en el sistema planetario (Gifford et al., 2009). La preocupación por el estado del ambiente se replica en los estudios con ciudadanía general en Europa (Gifford et al., 2009), Latinoamérica (Páramo et al., 2015), Colombia (Medina y Páramo, 2014a), entre otros; no es exagerado afirmar que es una meta común la mitigación del daño ambiental y la urgencia de su cuidado, recuperación y promoción (Corral-Verdugo, 2010). 

La preocupación ha dado lugar a esfuerzos de los organismos multilaterales por mitigar el impacto del ser humano en el medio ambiente, con compromisos gubernamentales específicos que se recogen en acuerdos como la declaración de Educación Ambiental de Belgrado de 1974, la Conferencia de Río de Janeiro de 1992, la Conferencia Río + 20 (2012), la declaración del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014) (UNESCO, 2012), y el Acuerdo de París (García et al., 2016).

El Acuerdo de París profundiza el compromiso de los firmantes con la implementación de políticas públicas económicas, sociales, educativas, entre otras, para la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (en adelante ODS, PNUD, 2016). 

La declaración sobre los ODS señala: “Nos comprometemos a lograr el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones —económica, social y ambiental—, de forma equilibrada e integrada” (Naciones Unidas, 2015, p. 3). La educación y la protección del agua se presentan en los objetivos 4, 6 y 12. El objetivo cuatro hace referencia a la necesidad de una educación inclusiva, equitativa, de calidad y que promueva oportunidades de aprendizaje durante toda la vida; el objetivo seis, propugna por garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, así como el acceso a saneamiento; y el objetivo 12 promueve garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. 

La UNESCO (2014a) reconoce en la educación y por extensión en los sistemas educativos formales de los países miembro el eje angular de las acciones encaminadas al cumplimiento de los ODS, entre otras razones porque: (a) las disciplinas científicas aportan como fuente de conocimiento técnico para la mitigación del impacto ambiental, (b) promueven la transformación tecnológica que requiere la recuperación del ambiente y la transformación de las condiciones de producción/consumo en el sistema económico y (c) el sistema educativo formal es un espacio no solo de formación de contenidos disciplinares, sino también un escenario de aprendizaje de competencias transversales que soporten la transformación y mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad.