Geopolítica de la ocupación territorial de la nación en Colombia
Geopolitics of the territorial occupation of the nation in Colombia
Este artículo se centra en la política de "reconquista del territorio" que se adelanta actualmente en Colombia, una intervención que se inscribe dentro de los parámetros de las dos guerras globales más importantes de nuestro tiempo: las de las drogas y el terrorismo. Esta iniciativa fue diseñada para pacificar e incorporar a la economía global una serie de zonas en la región Andes-Amazonas, que se conciben como explosivas por estar infestadas por droga y terrorismo. A partir del análisis de las prácticas que esta política conlleva, este artículo propone una reflexión sobre el Estado en Colombia y en general como institución colonial - moderna. Para ello se aproxima al Estado con una perspectiva etnográfica en la medida en que éste se entiende aquí, no como un conjunto virtual de instituciones abstractas, sino como las visiones, intereses y prácticas de grupos particulares. Se explora en particular la relación que existe entre la imaginación geopolítica de los grupos que han encarnado el Estado en Colombia, con la sangrienta historial de la ocupación y pacificación del territorio nacional.
1. INTRODUCCIÓN
La idea de la existencia de Otra Colombia está en la base de la política de reconquista del territorio que adelanta actualmente el Estado colombiano. Esta política se basa en un tipo de análisis que expresó de manera sintética el exvicepresidente de la República y reconocido académico Gustavo Bell cuando, a raíz de una masacre en una de estas zonas apartadas y selváticas, afirmó que “Colombia tiene más geografía que Estado”. Señalaba también que “con más de un millón de kilómetros cuadrados, Colombia tiene extensos territorios de bosques, selvas y montañas que forman áreas claramente definidas de influencia de narcotraficantes o grupos armados, donde según las autoridades locales la presencia del Estado es prácticamente inexistente”. Ello era particularmente cierto en la zona donde acababa de ocurrir aquella masacre, el Atrato Medio, “por ser un corredor estratégico para el tráfico de armas y drogas”. Bell propuso que “tendríamos que tener un ejército de un millón de hombres para hacerle frente a esta degradación”, pues “la fuerza pública resulta insuficiente”. Tanto el análisis del vicepresidente Bell como su propuesta, que se asume en Colombia en este momento como la única posible, parten de la certeza de que la “falta de gobernabilidad” del país aparece relacionada con el hecho de que Colombia, además de que “es un país muy fragmentado geográficamente, con una población muy dispersa, no ha conquistado su frontera territorial”.
La tarea de recuperación de la frontera territorial, que se concreta en una política de ocupación militar del territorio, ha sido entendida como una “dura y cruenta reconquista”, como una “gloriosa gesta libertadora”. Esta reconquista busca integrar las zonas de “periferia marginal”, aquellas áreas de la geografía nacional caracterizadas por la multiplicidad de actividades ilícitas que allí se llevan a cabo y sobre todo, por estar “fuera del control del Estado”. Para incorporarlas y redimirlas, actualmente se está poniendo en marcha una política de control territorial que parte de la premisa de que la ocupación militar del territorio va a permitir garantizar mayor presencia de las instituciones y mayor provisión de bienes y servicios, para llegar así a “desarrollar y explotar” esta enorme franja del territorio “aún cubierto de bosques y, por lo tanto, deshabitado”. Se insiste en desconocer, no solo que las zonas “selváticas” están y han estado históricamente habitadas por pueblos indígenas y cimarrones, sino también que estos bosques constituyen el paisaje social que estos grupos producen.
La “reconquista del territorio”, entendida hoy como parte de la “lucha frontal contra la droga y el terrorismo”, ha exacerbado las líneas fronterizas que históricamente han cercenado la geografía interna del país.
Recursos
-
Formatopdf
-
Idioma:español
-
Tamaño:391 kb