Javier Augusto Vera Solano
Investigador Grupo de Investigación en Productos Verdes (GPV), Universidad de Pamplona.
Docente Facultad de Ingenierías de la Universidad de Pamplona.
Una mirada a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y a las nuevas tecnologías para su cumplimiento
A look at the Sustainable Development Goals (SDGs) and the new technologies to achieve them new technologies for their fulfillment
La época actual ha mostrado tanto el avance de la tecnología como nuestra dependencia a esta, al punto de no notar su presencia u obviar muchas de las ventajas que trae su ejecución. La aplicación de los avances biotecnológicos no es la excepción. Varios productos consumidos hoy, de forma cotidiana, tienen origen o son producidos mediante técnicas refinadas durante los últimos 150 años, pero de orígenes milenarios. La fermentación de bebidas alcohólicas como el vino, la cerveza y el whiskey; el procesamiento de lácteos y la producción de quesos, el uso de pigmentos vegetales y animales e incluso la fabricación de prendas de vestir empleando algodón y seda, son algunos de los muchos ejemplos de los productos que casi por miles de años han acompañado a la humanidad sin tener consciencia de sus procesos biotecnológicos.
Para contribuir con los ODS existe la necesidad de explorar nuevas estrategias o acciones que permitan abrir un camino para llegar a cumplirlos. Los objetivos de desarrollo sostenible son, en palabras simples, acciones para tratar de salvar al planeta, los cuales se fijaron dentro de la Agenda 2030. Los ODS buscan involucrar gobiernos, empresas y personas del común en un plan maestro a largo plazo con compromisos verdaderos que permitan lograr las metas pactadas.
Con sus 169 metas y 231 indicadores, estos 17 ODS se convierten en la senda que debemos recorrer para poder algún día llegar a tener un planeta más amigable, renovado y limpio, el cual pueda ser disfrutado por las futuras generaciones. Los ODS son opciones por las que nos debemos decidir, en los cuales debemos prosperar, pues el mismo planeta nos está lanzando alertas en donde reitera que no hay otro camino o senda para seguir avanzando.
En ese sentido, el fin de la pobreza no es posible sin un crecimiento económico de los estados, pero sin desmejorar las garantías de los trabajadores, los cuales necesitan trabajos dignos y decentes, donde los traten con respeto, que tengan principios y promuevan los derechos laborales fundamentales.
Por otro lado, si ambicionamos trabajos decentes, debemos ofrecer y obtener educación de calidad. Pero no una educación de calidad de papel, montada en falsas acreditaciones y certificaciones. La verdadera calidad se denota en docentes preparados, debidamente evaluados en sus competencias, con pertenencia por las instituciones donde trabajan, con compromiso por sus estudiantes. Estudiantes con deseos de salir como profesionales que de verdad contribuyan con el mejoramiento de la sociedad. Instituciones educativas con serios objetivos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que velen por el mejoramiento del conocimiento y no que velen por intereses politiqueros como está pasando actualmente, que es el fenómeno que en Colombia y en muchas partes del mundo está desmejorando la educación. Es fundamental que estas instituciones sean las encargadas de graduar profesionales éticos que ayuden a reducir la desigualdad, que sean partícipes en las dinámicas sociales e interactúen de forma que su ética y honestidad puedan ser parte activa de instituciones sólidas que favorezcan entornos de paz y desarrollo en los territorios.
Con el desarrollo de los territorios en paz y con justicia se pueden generar comunidades y ciudades sostenibles que custodien los recursos naturales, integrando energías limpias asequibles y no contaminantes, mejorando, a su vez, otro componente esencial en la vida actual del ser humano, como es el recurso del agua. Agua limpia y saneamiento básico, el cual es ya un derecho adquirido por todos los ciudadanos de este planeta. El acceso a servicios inadecuados de agua, saneamiento e higiene tienen consecuencias importantes para asegurar la salud o la enfermedad de una población. La salud es el activo más valioso que tiene una población, agua y salud son una sola cosa, pero si queremos mitigar la escasez de agua, es fundamental proteger y recuperar los ecosistemas relacionados con este recurso, como bosques, montañas, humedales y ríos. De hecho, también se requiere más participación internacional para estimular la eficiencia hídrica y apoyar tecnologías de tratamiento en los países en desarrollo.
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