La “bioenergía” : entre el cambio climático y la lucha contra la pobreza
"Bioenergy" : between climate change and the fight against poverty
En Europa como en los Estados Unidos, se piensa que el aprovechamiento de las plantas para la obtención de energía proporcionará una mayor seguridad energética, así como un abastecimiento de energía más compatible con el medio ambiente y neutral en relación al CO2. Los representantes de las organizaciones internacionales, de la economía y de la política crean a menudo la impresión de que la llamada ”bio“-energía pondrá a las personas en condiciones de mantener su estilo de vida, pese al cambio climático y a la escasez de recursos. Por este motivo, su utilización está siendo fomentada mundialmente a través de subvenciones y privilegios fiscales, así como por medio de cuotas de adición.
El término “bioenergía” es, sin embargo, engañoso, pues “bio” implica una producción sostenible, que, por lo general, no se da en el caso de las materias primas energéticas de origen vegetal, dado que se producen de manera extensiva, en monocultivos y utilizando gran cantidad de agroquímicos. Por esta razón, en el presente documento, se limita el término bioenergía y se habla de agroenergía, es decir la energía resultante de materias primas energéticas de origen vegetal (o plantas energéticas).
La superficie disponible en Alemania y en Europa no alcanza, sin embargo, para suministrar la cantidad necesaria de materia prima energética a través de la producción propia. El cultivo de plantas para la fabricación de combustible se concentrará en el hemisferio sur, donde la productividad superficial es mayor debido a la mayor radiación solar y a tiempos de vegetación más largos. Dado su costoso estilo de vida, ya hoy todo ciudadano de la UE utiliza el doble de superficie que en promedio le correspondería a cada ser humano, si la superficie disponible a nivel mundial fuera repartida equitativamente. Sobre dichas superficies se cultiva forraje para animales, plantas oleaginosas y frutos, cuya producción a gran escala ya tiene consecuencias ecológicas y sociales considerables en los países en vías de desarrollo, como, por ejemplo, el desalojamiento de los pequeños campesinos de sus tierras de cultivo. Se estima que el mercado dinámico de exportación de combustibles agrícolas que se acaba de iniciar, acentuará los problemas de los países en vías de desarrollo.
Paralelamente tampoco se ha asegurado el abastecimiento energético de las personas con menos recursos. Aproximadamente tres mil millones de personas siguen utilizando fuentes energéticas tradicionales (como la madera) para cubrir su demanda doméstica de energía. Dos mil millones de personas no tienen acceso a la electricidad y están por tanto excluidas de posibilidades básicas de desarrollo. Estas personas no podrán más que contemplar cómo en sus tierras se producen los combustibles agrícolas a ser exportados a las naciones industrializadas ricas, mientras ellas apenas se pueden beneficiar con este desarrollo. El objetivo del presente documento es ampliar el debate actual sobre el cultivo de plantas destinadas a la fabricación de agrocombustibles, introduciendo el punto de vista de las personas más pobres de los países en vías de desarrollo.
El presente documento fue elaborado por Susanne Breuer, Anja Mertineit y Anika Schroeder, pertenecientes a la MISEREOR (Aquisgrán, Alemania), obra episcopal de la Iglesia católica alemana para la cooperación al desarrollo que busca fomentar el compromiso en contra de la pobreza en África, Asia, Oceanía y América Latina. Se encuentra alojado en la sección Publications de su portal web.
Recursos
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Formatopdf
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Idioma:español
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Tamaño:135 kb