Nikola Tesla dominó la corriente alterna, inventó la tecnología de la radio y patentó 700 inventos, incluyendo el control remoto sin cable y las bujías. Pero en 1943, el inventor murió solo en una habitación de hotel neoyorquina de un ataque al corazón, fue una figura marginal y discutida, también en la comunidad científica. Estaba en la pobreza, obsesionado por el número tres, y vio como el Premio Nóbel le era otorgado a Guglielmo Marconi por un invento que él había creado unos años antes.
Las ideas de Nikola Tesla, publicó el New York Times en su obituario, bordearon, a medida que envejecía, y de forma creciente lo que algunos consideraban lo fantástico. El propio Tesla insistió una vez en que el presente es suyo, el futuro es mío.
Ese futuro, al parecer, es ahora. Este año (el 150 aniversario del nacimiento de Tesla) el Aeropuerto Internacional de Belgrado será renombrado Aeropuerto Nikola Tesla. En la orilla canadiense de las Cataratas del Niágara, se destapará una estatua en honor del hombre cuyo trabajo permitió la construcción de la primera planta hidroeléctrica del mundo. Y a comienzos de este mes, científicos de todas partes del mundo reconocerán su obra en conferencias en Serbia, Croacia, Australia, Canadá y los Estados Unidos.
Tesla es también el científico loco preferido por los amantes del underground. Aparece en novelas, en juegos, en una ópera y en un manga japonés, y es el protagonista de varias canciones; incluyendo algunas que le dedicó una popular banda metal de los ochenta que se llamaba como él.
Al llegar la medianoche del 9 de Julio de 1856, Tesla nació de padres serbios en Smiljan, Lika, la actual Croacia. Su padre era un sacerdote serbo-ortodoxo, su madre era la inventora de unos cuantos aparatos para el hogar, incluyendo una batidora mecánica.
La propia habilidad de Tesla para visualizar detalles precisos de sus inventos comenzó en la infancia temprana. Cuando vio un grabado de acero de las Cataratas del Niágara, por ejemplo, se imaginó una rueda volteada por el agua; treinta años antes de que la planta hidroeléctrica se hiciera realidad.
Después de estudiar mecánica, física e ingeniería en Austria y Checoslovaquia, Tesla trabajó como ingeniero eléctrico en Hungría y Francia. Después, en 1884, emigró a Nueva York, donde se incorporó al laboratorio de Thomas Edison.
En un año, entre los dos desarrollaron la corriente alterna (AC). Edison intentó demostrar los peligros de la AC empleándola para electrocutar perros y caballos en demostraciones en público. Tesla respondió más tarde con una exhibición en la Feria Mundial de 1893 en Chicago. Tal y como Paul Auster escribe en su novela Moon Palace, Tesla, que medía dos metros y cuya figura llamaba la atención con su negro abrigo de corte clásico y su bombín: realizó trucos mágicos con electricidad, haciendo girar pequeños huevos de metal en una mesa, y lanzando chispas por las puntas de sus dedos.
Por supuesto, Tesla ganó la guerra de las corrientes. El industrial George Westinghouse finalmente le compró la patente para la energía AC. Y como dijo W. Bernard Carlson, profesor de historia en la Universidad de Virgina que en la actualidad escribe una biografía sobre Tesla: Era igual de popular, sino más, que Edison.
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