Con el objetivo de prevenir los riesgos asociados al empleo, la disciplina de la higiene industrial se divide en tres ámbitos de aplicación, a saber, los agentes físicos, químicos y biológicos. Al centrarse en la fuente, el entorno y el individuo, el propósito de la higiene industrial es minimizar o eliminar estos agentes, reduciendo o eliminando así las enfermedades relacionadas con el trabajo. Esta disciplina se distingue de la seguridad laboral por centrarse en el control de los peligros potenciales en lugar de en los accidentes laborales.
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