
Imagen. / Los rayos X fueron uno de los avances más influyentes en la tecnología médica del siglo XX. © Cottonbro Studio.
2025-07-31
Los rayos X: funcionamiento, aplicaciones médicas y desarrollo histórico
Los rayos X constituyen una de las herramientas diagnósticas más importantes en la historia de la medicina moderna. Desde su descubrimiento en 1895 por Wilhelm Conrad Röntgen, estos haces de radiación electromagnética han revolucionado la forma en que los profesionales de la salud visualizan el interior del cuerpo humano sin necesidad de intervención quirúrgica. Su capacidad para generar imágenes internas ha permitido detectar fracturas, enfermedades pulmonares, anomalías digestivas y procesos tumorales, entre otros, convirtiéndose en un pilar del diagnóstico clínico. A lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, la tecnología de rayos X ha evolucionado no solo en su calidad de imagen, sino también en seguridad radiológica y aplicaciones terapéuticas.
¿Qué son los rayos X y cómo funcionan?
Los rayos X son una forma de radiación electromagnética con una longitud de onda extremadamente corta y alta energía, situándose entre los rayos ultravioletas y los rayos gamma dentro del espectro electromagnético. Esta energía les permite atravesar tejidos blandos del cuerpo, aunque son absorbidos en mayor medida por estructuras densas como los huesos o cuerpos metálicos. Esta propiedad diferencial de absorción es la base del principio imagenológico.
El proceso de generación de rayos X comienza en un tubo de rayos X, compuesto principalmente por un cátodo y un ánodo dentro de un entorno de vacío. Cuando se aplica una corriente eléctrica, los electrones se aceleran desde el cátodo hacia el ánodo, que generalmente está hecho de tungsteno debido a su elevado punto de fusión. Al colisionar los electrones con el ánodo, su energía cinética se transforma en calor (más del 99 %) y en radiación X (menos del 1 %). Esta radiación se dirige hacia el paciente y es atenuada en función de la densidad de los tejidos que atraviesa. Finalmente, los rayos X que no fueron absorbidos impactan en un detector, generando una imagen que revela el interior del cuerpo.
El espectro de rayos X producido puede dividirse en dos componentes principales: los rayos X característicos, generados cuando los electrones arrancan electrones internos del átomo objetivo, y los rayos X de frenado, producidos por la desaceleración de electrones al acercarse al núcleo del ánodo. El control de la energía del haz, la intensidad, el tiempo de exposición y la distancia son esenciales para garantizar una imagen útil y segura.
Orígenes y desarrollo histórico de los rayos X
El descubrimiento de los rayos X fue accidental. En 1895, el físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen, al experimentar con tubos de descarga eléctrica, observó que una pantalla fluorescente cercana brillaba a pesar de estar protegida por una caja opaca. Determinó que se trataba de una nueva forma de radiación invisible que podía atravesar cuerpos opacos y que no se comportaba como la luz ordinaria. A esta radiación la llamó “rayos X” por su naturaleza desconocida.
El impacto del descubrimiento fue inmediato. Apenas semanas después, Röntgen tomó la primera radiografía médica: la mano de su esposa, en la que se apreciaban los huesos y un anillo. En 1901, fue galardonado con el primer Premio Nobel de Física por este hallazgo. El uso clínico de los rayos X se extendió rápidamente, y hacia 1900 ya se utilizaban en cirugía, odontología y diagnóstico general.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el uso de rayos X carecía de normas de seguridad, lo que llevó a muchos operadores a sufrir quemaduras, lesiones e incluso cáncer. Con el tiempo, el desarrollo de tecnologías de protección radiológica y la comprensión de los efectos biológicos de la radiación ionizante permitieron establecer límites de exposición seguros. Posteriormente, los avances tecnológicos permitieron el desarrollo de nuevas modalidades, como la fluoroscopia, la tomografía computarizada (TC) y la radiología digital, que mejoraron la resolución de imagen, redujeron dosis y ampliaron las aplicaciones médicas.
Beneficios médicos de los rayos X
Los rayos X constituyen una herramienta indispensable para el diagnóstico clínico no invasivo. Uno de sus usos más comunes es la detección de fracturas óseas, dado que los huesos absorben gran parte de los rayos y se presentan como áreas blancas en las imágenes. En el campo de la neumología, la radiografía torácica permite identificar infecciones pulmonares, como la neumonía, o enfermedades crónicas como la EPOC. También se emplean en la localización de cuerpos extraños, evaluación dental, y análisis de condiciones gastrointestinales mediante estudios contrastados con bario.
En oncología, los rayos X permiten identificar masas sospechosas, calcificaciones y metástasis óseas. En conjunto con otras técnicas como la mamografía, han tenido un papel esencial en el tamizaje y diagnóstico temprano de cáncer de mama. La tomografía computarizada, que utiliza múltiples haces de rayos X y procesamiento computacional, proporciona imágenes tridimensionales del cuerpo humano, con gran precisión anatómica.
Además del diagnóstico, los rayos X se utilizan en procedimientos intervencionistas. La radiología intervencionista emplea rayos X en tiempo real para guiar catéteres, agujas y otros instrumentos durante tratamientos mínimamente invasivos, como la colocación de stents, biopsias o embolizaciones tumorales.
Cabe destacar que el uso de rayos X conlleva una dosis de radiación ionizante, lo que implica un riesgo potencial para el ADN celular. Sin embargo, los protocolos actuales garantizan que los beneficios diagnósticos superan ampliamente los riesgos, especialmente cuando se aplica el principio ALARA (as low as reasonably achievable), que busca minimizar la exposición sin comprometer la calidad diagnóstica.
Avances recientes y perspectivas futuras
La evolución de los rayos X no se ha detenido. Actualmente, se desarrollan sistemas de imagen digital con mayor resolución y menor exposición, así como técnicas de inteligencia artificial que ayudan a interpretar imágenes radiológicas de manera más eficiente y precisa. También se investiga el uso de rayos X de alta energía en terapias contra el cáncer y la mejora en contrastes que permitan visualizar tejidos blandos con más claridad.
Un avance notable es la tomosíntesis, una técnica que permite obtener múltiples imágenes de una zona anatómica desde diferentes ángulos, incrementando la capacidad de detección de lesiones. En paralelo, la integración de sistemas de protección radiológica avanzados garantiza una mayor seguridad tanto para pacientes como para el personal médico.
Desde su descubrimiento accidental en el siglo XIX, los rayos X han transformado la medicina moderna, permitiendo observar el interior del cuerpo humano sin necesidad de cirugía. Su funcionamiento se basa en la interacción de la radiación electromagnética con los tejidos corporales, y sus aplicaciones abarcan múltiples especialidades médicas. A pesar de los riesgos asociados a la exposición a la radiación, los avances tecnológicos y los protocolos de seguridad han hecho de los rayos X una herramienta segura y eficiente.
El desarrollo histórico de esta tecnología, desde los rudimentarios tubos de Röntgen hasta los modernos sistemas digitales y tridimensionales, refleja el poder del conocimiento científico para mejorar la calidad de vida. En la actualidad, los rayos X no solo permiten diagnosticar enfermedades, sino también intervenir con precisión y seguridad. Con la integración de tecnologías emergentes, su potencial sigue expandiéndose, consolidando su lugar central en la práctica médica del futuro.
Para saber más…
Si desea ampliar sus conocimientos sobre los rayos X, puede consultar en Virtualpro el perfil de Dorothy Crowfoot, galardonada con el Premio Nobel de Química en 1964 por sus investigaciones sobre la difracción de rayos X para describir la estructura de una gran cantidad de moléculas de enorme importancia bioquímica.
Referencias
Ambrosio, R. (2021). Por la historia de la Medicina. Los rayos X. Gaceta de la Facultad de Medicina. Universidad Nacional Autónoma de México.
https://gaceta.facmed.unam.mx/index.php/2021/07/28/por-la-historia-de-la-medicina-los-rayos-x/
Cottonbro Studio. (s. f.). Lesión anatomía huesos rayos X. [Imagen]. Pexels.
https://www.pexels.com/es-es/foto/lesion-anatomia-huesos-rayos-x-5723874/
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https://www.gob.mx/inin/articulos/roentgen-y-los-rayos-x?idiom=es
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Felipe Chavarro
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