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Cría y comercialización de insectos comestibles como fuente alternativa de proteína a nivel global
El aumento de la población a nivel mundial ha generado una mayor demanda en la producción de alimentos. Con la finalidad de garantizar la seguridad alimentaria a nivel global, se ha generado un consumo acelerado de los recursos disponibles para la producción pecuaria, como la disponibilidad de tierras para uso agrícola y agua, además de impactar negativamente al ambiente a partir de la producción de gases de efecto invernadero. En este contexto, se ha convertido en una prioridad generar alternativas para la producción de proteína, que resulten más sostenibles que los sistemas de producción actuales. Una de las alternativas alimentarias que se propone es la producción y consumo de insectos comestibles, para la nutrición humana y animal. Los insectos comestibles destacan por su alto contenido nutricional, y potencial para generar, en producción controlada, un menor impacto ambiental, en comparación con las producciones ganaderas convencionales. Sin embargo, el desarrollo de las producciones controladas de insectos comestibles requiere todavía dar respuesta a interrogantes sobre la seguridad y salud de sus productos. El objetivo de este ensayo es resumir las condiciones actuales de la producción de insectos comestibles en los ámbitos nutricional, ambiental, económico, legislativo, y de sanidad e inocuidad.
INTRODUCCIÓN
La búsqueda de nuevas fuentes de proteína y el desarrollo de sistemas de producción animal que contribuyan a garantizar la seguridad alimentaria de manera sostenible es una prioridad en todo el mundo, debido a que se ha estimado que el incremento de la demanda de alimentos será hasta de un 75% para el 2050 [1,2]. En esta idea, organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), han promovido, además de nuevas estrategias de operación en el sector pecuario, la generación de alternativas para la obtención de proteína animal, como la producción de insectos comestibles. La inclusión de insectos en la dieta de humanos y especies pecuarias puede generar beneficios económicos, sociales y ambientales [3-5].
El potencial del aporte nutricional de los insectos comestibles en la dieta humana y de animales, así como el bajo impacto ambiental que supone la producción de estos alimentos, han sido elementos claves para la aceptación de esta industria [6-10]. Los insectos son una fuente de nutrientes de alta calidad, principalmente de proteína y grasas. Especies como Tenebrio molitor (Coleoptera: Tenebrionidae), Hermetia illucens (Diptera: Stratiomyidae) y Acheta domesticus (Orthoptera: Gryllidae), contienen los aminoácidos esenciales y ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados necesarios para cubrir el requerimiento de estos nutrientes en la dieta humana [6].
Autores: Caballero Zamora, Alejandra; Campos Montes, Gabriel Ricardo; Cala Moreno, Nelson; Ortiz Padilla, Wendy
Idioma: Español
Editor: Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia
Año: 2023
Categoría
Licencia
Consultas: 7
Citaciones: Spei Domus Vol. 20 Núm. 1
Este documento es un artículo elaborado por?Alejandra Caballero Zamora, Gabriel Ricardo Campos Montes, Nelson Cala Moreno y Wendy Ortiz Padilla?(Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, México y Universidad Cooperativa de Colombia, Colombia)?para la revista?Spei Domus Vol 20, Núm 1. Publicación de?Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia. Contacto: speidomus@ucc.edu.co
El aumento de la población a nivel mundial ha generado una mayor demanda en la producción de alimentos. Con la finalidad de garantizar la seguridad alimentaria a nivel global, se ha generado un consumo acelerado de los recursos disponibles para la producción pecuaria, como la disponibilidad de tierras para uso agrícola y agua, además de impactar negativamente al ambiente a partir de la producción de gases de efecto invernadero. En este contexto, se ha convertido en una prioridad generar alternativas para la producción de proteína, que resulten más sostenibles que los sistemas de producción actuales. Una de las alternativas alimentarias que se propone es la producción y consumo de insectos comestibles, para la nutrición humana y animal. Los insectos comestibles destacan por su alto contenido nutricional, y potencial para generar, en producción controlada, un menor impacto ambiental, en comparación con las producciones ganaderas convencionales. Sin embargo, el desarrollo de las producciones controladas de insectos comestibles requiere todavía dar respuesta a interrogantes sobre la seguridad y salud de sus productos. El objetivo de este ensayo es resumir las condiciones actuales de la producción de insectos comestibles en los ámbitos nutricional, ambiental, económico, legislativo, y de sanidad e inocuidad.
INTRODUCCIÓN
La búsqueda de nuevas fuentes de proteína y el desarrollo de sistemas de producción animal que contribuyan a garantizar la seguridad alimentaria de manera sostenible es una prioridad en todo el mundo, debido a que se ha estimado que el incremento de la demanda de alimentos será hasta de un 75% para el 2050 [1,2]. En esta idea, organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), han promovido, además de nuevas estrategias de operación en el sector pecuario, la generación de alternativas para la obtención de proteína animal, como la producción de insectos comestibles. La inclusión de insectos en la dieta de humanos y especies pecuarias puede generar beneficios económicos, sociales y ambientales [3-5].
El potencial del aporte nutricional de los insectos comestibles en la dieta humana y de animales, así como el bajo impacto ambiental que supone la producción de estos alimentos, han sido elementos claves para la aceptación de esta industria [6-10]. Los insectos son una fuente de nutrientes de alta calidad, principalmente de proteína y grasas. Especies como Tenebrio molitor (Coleoptera: Tenebrionidae), Hermetia illucens (Diptera: Stratiomyidae) y Acheta domesticus (Orthoptera: Gryllidae), contienen los aminoácidos esenciales y ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados necesarios para cubrir el requerimiento de estos nutrientes en la dieta humana [6].
El aumento de la población a nivel mundial ha generado una mayor demanda en la producción de alimentos. Con la finalidad de garantizar la seguridad alimentaria a nivel global, se ha generado un consumo acelerado de los recursos disponibles para la producción pecuaria, como la disponibilidad de tierras para uso agrícola y agua, además de impactar negativamente al ambiente a partir de la producción de gases de efecto invernadero. En este contexto, se ha convertido en una prioridad generar alternativas para la producción de proteína, que resulten más sostenibles que los sistemas de producción actuales. Una de las alternativas alimentarias que se propone es la producción y consumo de insectos comestibles, para la nutrición humana y animal. Los insectos comestibles destacan por su alto contenido nutricional, y potencial para generar, en producción controlada, un menor impacto ambiental, en comparación con las producciones ganaderas convencionales. Sin embargo, el desarrollo de las producciones controladas de insectos comestibles requiere todavía dar respuesta a interrogantes sobre la seguridad y salud de sus productos. El objetivo de este ensayo es resumir las condiciones actuales de la producción de insectos comestibles en los ámbitos nutricional, ambiental, económico, legislativo, y de sanidad e inocuidad.
INTRODUCCIÓN
La búsqueda de nuevas fuentes de proteína y el desarrollo de sistemas de producción animal que contribuyan a garantizar la seguridad alimentaria de manera sostenible es una prioridad en todo el mundo, debido a que se ha estimado que el incremento de la demanda de alimentos será hasta de un 75% para el 2050 [1,2]. En esta idea, organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), han promovido, además de nuevas estrategias de operación en el sector pecuario, la generación de alternativas para la obtención de proteína animal, como la producción de insectos comestibles. La inclusión de insectos en la dieta de humanos y especies pecuarias puede generar beneficios económicos, sociales y ambientales [3-5].
El potencial del aporte nutricional de los insectos comestibles en la dieta humana y de animales, así como el bajo impacto ambiental que supone la producción de estos alimentos, han sido elementos claves para la aceptación de esta industria [6-10]. Los insectos son una fuente de nutrientes de alta calidad, principalmente de proteína y grasas. Especies como Tenebrio molitor (Coleoptera: Tenebrionidae), Hermetia illucens (Diptera: Stratiomyidae) y Acheta domesticus (Orthoptera: Gryllidae), contienen los aminoácidos esenciales y ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados necesarios para cubrir el requerimiento de estos nutrientes en la dieta humana [6].